La creatinina es conocida por ser uno de los principales parámetros reflejados en una analítica sanguínea, el cual nos ayuda a conocer el correcto funcionamiento de nuestros riñones, los principales encargados de depurar a nuestro organismo.
Según los profesionales de la salud, los niveles de creatinina en nuestro cuerpo deben mantenerse entre 0,75 y 1,3 mg/dl en los hombres, y entre 0,6 y 1,1 mg/dl en las mujeres, ya que, si se presentan valores demasiado elevados, puede significar que nuestros órganos renales no están trabajando como deberían, pues su función depurativa se ve interrumpida, lo que conlleva a una acumulación de creatinina en la sangre.
Síntomas asociados a la creatinina alta
Por lo general, los síntomas asociados a la creatinina alta dependen de una enfermedad subyacente que exista en el paciente, la cual tiende a afectar el funcionamiento de los riñones. Así, consideramos los síntomas correspondientes a la enfermedad renal, tales como cansancio, fatiga, migrañas, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, pérdida de peso, comezón, manos y pies hinchados, dolor al orinar y un cambio en el color de la orina.
También se consideran como síntomas el hipotiroidismo o la cetoacidosis diabética, además de destrucción muscular.
Consecuencias de tener la creatinina alta
Como ya hemos mencionado, la evaluación de los niveles de creatinina en el cuerpo nos ayuda a determinar el buen funcionamiento de nuestros riñones, por lo que, si existen valores demasiado elevados, esto no puede significar más que daños o enfermedades renales, como pueden ser la obstrucción de las vías urinarias y la insuficiencia renal, cuya gravedad dependerá de la cantidad acumulada de este desecho orgánico.
Debemos tener en cuenta que unos valores de creatinina altos no necesariamente están relacionados con enfermedades renales crónicas, lo que solo podrá ser descartado por un especialista médico, una vez llevada a cabo la evaluación de la analítica sanguínea.